World Champions WSA 2017

Campeones del Mundo de Larga Distancia WSA 2017 12 huskys

Una vez superadas todas las dificultades propias y sobre todo ajenas para preparar esta carrera, nos presentamos en Särna dos días antes de la salida para pasar todos los controles veterinarios y trámites burocráticos.

Allí pudimos contar, una vez más, con la inestimable presencia de nuestro amigo veterinario Jorge Luque, que siempre es de agradecer cuando estás a más de 3.000 kms. de casa.
Finalmente éramos 8 los equipos que superaron los controles veterinarios en nuestra categoría de 12 Siberian Husky, 300 kms.
El miércoles podíamos tomar la salida entre las 09.00h y las 10.00h. Finalmente lo hicimos a las 10.00 h. en punto, ya que el equipo italiano estaba en la salida bloqueado por la falta de la Start Card (es obligatorio llevarla en el trineo durante toda la carrera) e iniciamos la prueba con todos los participantes por delante menos dicho italiano. Algunos habían salido hasta una hora antes, lo cual hacía bastante difícil que pudiéramos alcanzarlos en esta primera manga de 96 kms.

El comienzo fue muy bonito cruzando el ancho río junto a la población y enseguida se metía entre bosques de pinos. El ritmo de los perros era muy bueno y yo me centraba sobre todo en frenarlos. A los 7 kms. en una curva muy cerrada en esquina, el equipo entra muy rápido, el trineo entra derrapando y cuando la línea se tensa y me pega el latigazo, la barra-manillar donde se sujeta con las manos el trineo, se rompe, me caigo a la nieve y lo justo consigo frenarlos sin soltar la otra parte que no se rompió de milagro. Con cara de susto y en estado de shock durante 10 interminables segundos, pienso que todo el esfuerzo del año se ha ido al garete a los 30 minutos de salir. Consigo reaccionar rápidamente, le echo valor y sigo la carrera intentando sujetar el trineo por los laterales del mismo en posturas muy forzadas para tantos kilómetros por delante. Mientras tanto voy dándole vueltas a cómo solucionar el problema. Llamo a Carmen y me recuerda que en las normas pone que podemos cambiar el trineo, pero con una penalización de 1 hora, así que tendré que intentar arreglarlo en el check point. De momento, en una parada de snacks, pongo unos pulpos para que no se mueva mucho y no se rompa la parte que aún resiste.

El resto del tramo hasta llegar al primer check-point fue una odisea, sin poder ayudar a los perros, en zonas abiertas con grandes desniveles, pero conseguí hacerlo sin perder tiempo con los equipos punteros, incluso adelantando a algunos de ellos durante ese interminable tramo. El equipo llegó perfecto y sólo Oli daba muestras de un poco de cansancio.
Una vez atendidos los perros (quitar botines, poner wraps, aislarlos del frío con paja, darles de comer, etc), me pongo manos a la obra. Con unos cubiertos metálicos, un tramo de alambre y muuucha cinta americana, que siempre llevo conmigo, consigo fijar las partes rotas y que aparentemente no se muevan. Además los pulpos siguen haciendo su labor para evitar que se pueda mover para arriba o abajo. Así que evitamos el cambiar de trineo y la hora de penalización. Uff, ya puedo centrarme de nuevo en lo realmente importante, la carrera y mis peludos.
Tras 4 horas de descanso obligatorio, tomamos la salida del siguiente tramo a las 20.40 h. Por precaución nuestro guía Oli, se queda por primera vez fuera del equipo en una carrera, a pesar del o.k. de los veterinarios para continuar, pero las carreras se ganan también con esas decisiones.

La noche se anunciaba larga. Jamás habíamos hecho un tramo de 135 kms. de una tacada y menos ocupando toda la noche. Salimos con frío y cielo despejado. Los peludos iban como una moto y el ritmo era muy bueno y mantenido. A las dos horas de salir empieza a cubrirse, a caer neviscas con algo de viento. En ese momento veo delante mía a un equipo que resultó ser el del noruego Trond Hansen, posiblemente el favorito para ganar mi categoría. Lo adelanto y me voy poco a poco de él, pero poco después y llegando de nuevo a la parte abierta (no hay ningún árbol o vegetación que nos pueda proteger), se desatan todos los demonios. Durante 4 interminable horas estamos metidos en medio de un fuerte viento acompañado de nieve, que hace imposible por momentos el que los perros puedan ver la trazada o simplemente seguir, al hundirse hasta el pecho en muchos tramos.

Trond me recupera el tiempo perdido, tengo que cambiar de guía, y le “invito” a que me adelante para que sus guías nos saquen de allí. Llegamos a tardar 20 minutos para hacer 200 metros. Cuando nos bajábamos del trineo nos hundíamos hasta más allá de la rodilla. Vuelvo a pasarle y poco a poco voy consiguiendo que los guías se centren por donde les indico. Finalmente cerca de las 5 de la mañana, consigo bajar a la zona de bosque donde las condiciones son mucho más benévolas. Trond se ha vuelto a descolgar ligeramente de mi, y en ese tramo final, los peludos llevan un ritmo increíble que mantienen hasta el check-point. Recuerdo en mi vida pocos ratos encima del trineo tan malos como los de esa noche.
Mi sorpresa al llegar fue que el musher finlandés, que teóricamente iba delante nuestra, se ha equivocado en un cruce y no ha llegado aún. Teóricamente, vamos los primeros.
Los perros han llegado muy bien, comen y se hidratan de maravilla y duermen durante 6 horas.

Esta carrera tiene una particularidad que hace que el musher tenga que llevar desde el principio todo el material (incluida su comida). Además, no puede salir de la zona del check-point, tiene que dormir (si puede) junto a los perros y su handler sólo le puede dejar en el “depot bag” la comida de los perros, así que mejor no olvidar nada antes de tomar la salida. ¡Un señor trineo cargado de principio a fin!
Una vez pasadas esas 6 horas obligatorias, salimos de nuevo, ya hacia la meta, sabiendo que vamos los primeros. Por delante 70 kms.

El ritmo de los perros es muy suave y la larga cuesta que vamos cogiendo, se hace de rogar. Se nota el esfuerzo hecho en el tramo anterior. Pero los voy gestionado bien, con sus snacks cada hora y poco. Todo va bien hasta que el Gps me juega una pequeña mala pasada en un cruce que casi nos cuesta un disgusto. Se pasaba varias veces por un mismo punto y el Gps me indicaba que tenía que ir en una dirección diferente de la indicada en la señal. Así que saqué el mapa, me fui andando hasta el cruce que estaba a 100 metros y entre una duda y otra, aparece el noruego que me había recuperado los 20 minutos que yo había salido antes (aún me quedaban 44 minutos de ventaja, pues él había tomado la salida antes que nosotros). La verdad es que me alegré de verlo. Le pregunté y me indicó que el camino era por donde yo creía, diferente del que me indicaba el Gps. Más tarde mi Gps volvió a funcionar correctamente, todavía no entiendo qué le pasó en aquel punto. Cosas raras que te pueden costar un gran disgusto.
Todo este tramo es otra vez por zonas abiertas. Empiezo a estar del viento y la falta de trazada hasta la coronilla, pero por lo menos es de día. El noruego se pega a mí y vamos juntos todo el rato incluso cuando bajamos al bosque. Damos snacks juntos y no hace ningún intento de adelantarme. A partir del tramo del bosque, el ritmo de mis peludos se incrementa y por momentos descuelgo al noruego, aunque no era mi intención. Cuando veo que ya solo quedan 20 kms. para llegar a Särna, creo que está casi hecho. Seguimos a buen ritmo y empiezo a ver las luces de la población. Finalmente a las 19.20 horas, entramos en meta entre aplausos y alegrías. Nuestros amigos Karsten y Eveline, ella también campeona del mundo en su categoría de 8 huskys, nos esperan. En ese momento creemos que hemos ganado pero hasta una hora después no se confirmó oficialmente.

Polar Distans ha resultado ser la más dura de las 4 carreras de 300 kms. que hemos hecho. Las condiciones de las zonas abiertas, el kilometraje de los tramos, así como el viento y la nieve, sin hablar de los más de 3.000 metros acumulados de desnivel, así me lo hacen pensar. Gracias a la ayuda de Jon y sobre todo de mi mujer Carmen, he podido gestionar con relativa solvencia, todas las dificultades presentes en la carrera.

Pero quedar campeones del mundo con el nivel de participantes que había, nos hace estar muy orgullosos de nuestros siberianos y nos hace felices de ser partícipes de la más grande página del mushing con nórdicos escrita en España. Hemos puesto una vez más en el mapa europeo a nuestro equipo y ese reconocimiento que tenemos, lo agradecemos de corazón.
Gracias a Greenheart Pienso Natural, a Hemostar Proteico y a Anima Strath por ayudarnos en este difícil mundo. Gracias a Antonio Parra y a Jorge Luque por la ayuda y cuidados de nuestros peludos.
Finalmente agradecer a la gente que desde mis comienzos en el mushing hace más de 24 años, me enseñó, me estimuló y me apoyó. Gente que en algunos casos ya no están con nosotros, pero que tengo siempre presentes cuando miro atrás en el tiempo. Gente como Xavier Martí, Albert Arilla, Pedro Ozkoidi, Pedro Cañamares, Santi Campos, Alex Cañizares, Ramón Rojas, Pep Parés, Gert Sandweg, Reijo Jaaskelainen, y Karsten Gronas. Siempre Karsten Gronas.

Campeones del Mundo de Mushing 2017

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